Texto

Don José con quijada de borrego, 2016. Fotografía digital, impresión de inyección de tinta. 58 x 87 cm.

Albergue de jornaleros, 2016. Fotografía digital, impresión de inyección de tinta. 58 x 87 cm.

El Petacal, cancha y Monsanto, 2016. Fotografía digital, impresión de inyección de tinta. 58 x 87 cm.

Pitaya en Monsanto, 2016. Fotografía digital, impresión de inyección de tinta. 58 x 87 cm.

Botas de jornaleros, 2017. Fotografía digital, impresión de inyección de tinta. 58 x 87 cm.

Milpa en nylon, 2017. Fotografía digital, impresión de inyección de tinta. 58 x 87 cm.

Uniformes de jornaleros. 2017. Fotografía digital, impresión de inyección de tinta. 58 x 87 cm.

Sombrero y hoz, 2016. Fotografía digital, impresión de inyección de tinta. 34 x 52 cm.

Estaca, 2016. Fotografía digital, impresión de inyección de tinta. 34 x 52 cm.

Fogata, 2016. Fotografía digital, impresión de inyección de tinta. 34 x 52 cm.

El Muñeco, 2016. Fotografía digital, impresión de inyección de tinta. 34 x 52 cm.

Tepalcates, 2016. Fotografía digital, impresión de inyección de tinta. 34 x 52 cm.

Nos han dado la tierra

Actualmente en los campos de México, la milpa tradicional se está sustituyendo por el monocultivo y la biotecnología: con semillas modificadas y patentadas, agroquímicos y pesticidas. Esta transición es patente en el ejido San Isidro, Jalisco, pueblo ubicado en el mítico Llano Grande, zona en la que Juan Rulfo se basó para escribir El llano en llamas y cuyos habitantes mantienen una lucha jurídica contra la ocupación ilegal de sus tierras por la empresa trasnacional Nutrilite, junto a otras que han empezado a ocupar la zona, como Monsanto, Desert Glory y Nature Sweet.

A través de las fotografías se muestran las tensiones entre estas dos maneras de cultivo. En una de ellas se encuentra uno de los ejidatarios en pelea por sus tierras, Don José, sosteniendo una quijada de borrego como arma. Son imágenes de invernaderos de monocultivos, tierras restringidas, hipertecnificadas, áreas de trabajo regadas con agroquímicos: pesticidas, herbicidas y fertilizantes hipertóxicos que no pueden tocar la piel humana pero que se utilizan para cultivar alimentos, junto a una milpa tradicional envuelta en nailon. Se encuentran imágenes de lo que estas tierras dan, desde fuego, zanjas y animales hasta tepalcates prehispánicos encontrados durante la siembra.

El título de la serie proviene del primer cuento de El llano en llamas, con la ironía del reparto de tierras, zonas yermas donde antes no se podía extraer agua. En este lugar diversas fuerzas se enfrentan a un momento de cambio entre una práctica tradicional y la producción biotecnológica cuyas consecuencias parecen irreversibles.