Texto

El título de esta exposición cita una frase de uno de los personajes de la novela Los recuerdos del porvenir, de Elena Garro. Este trato con un texto de ficción es una de las estrategias narrativas a las que ha acudido Oswaldo Ruiz en algunos de sus proyectos más sugerentes. En esta ocasión se trata de aludir a las dos sustancias esenciales del relato de Garro: la memoria y el tiempo. Un exceso de memoria (hasta las piedras recuerdan) y un tiempo mítico, circular y recurrente.

La inercia de los objetos fotografiados, la desolación de los espacios, la ausencia de acción y por lo tanto de actores, contribuyen a reforzar una atmósfera de tedio, incluso más pesada que la de la novela. En el texto de Garro el tedio es narrado, mientras que en las fotografías el tedio sugiere una ausencia de narración o, lo que pudiera ser más dramático, una ausencia de narrador. Oswaldo Ruiz está fotografiando situaciones sin ilación aparente y construyendo estructuras visuales que pudieran quedar al margen de una lógica causa-consecuencia, lo cual pone en entredicho las concepciones más ortodoxas sobre lo que es una “narrativa fotográfica”.

Este autor pertenece a una generación de fotógrafos que en las dos últimas décadas ha ido proponiendo nuevas representaciones del espacio en México, sustituyendo el concepto de paisaje por el de territorio y el de lugar, e incluso por el de no-lugar. Si este último concepto le ha resultado tan atractivo es porque provee de un argumento conceptual a su fascinación por los espacios vacíos, la soledad y la quietud de los objetos. Fotografiando fábricas abandonadas, estructuras vacías, espacios que representan la decadencia de la modernidad industrial y los ideales de progreso, y en los cuales lo humano ha sido desplazado. En sus fotografías habita una violencia que subyace, una catástrofe latente. Oswaldo Ruiz invita a pensar lo distópico en un doble sentido: social e histórico, como fracaso de la utopía, distorsión, casi reversión del sentido de la historia, por un lado, y como ironía del ir en una dirección y terminar en una dirección contraria, en un lugar opuesto.

Juan Antonio Molina, curador.