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Oswaldo Ruiz: los destinos del paisaje

Por Melisa Mota

Mediante la serie fotográfica que compone el proyecto Todo lo sólido, el artista regiomontano Oswaldo Ruiz devela la problemática del extractivismo geológico de la zona metropolitana de Monterrey y la consecuente transformación del paisaje. Esta situación no es nueva, desde principios del siglo XX las montañas que colindan con la ciudad han sido explotadas para extraer rocas calizas y arcillas a fin de producir cemento y concreto a escala internacional. 

A pesar del impacto medioambiental a la flora y fauna, así como la contaminación producida por las detonaciones a las laderas, continúa siendo una actividad común, sin importar que algunas zonas cuenten con la declaratoria de Área Natural Protegida. Esta mutilación, además, hace que se pierda la función que tienen las montañas de filtrar el agua de lluvia al subsuelo y permitir que los mantos acuíferos sean recargados. 

Desde 2018 Ruiz ha explorado cerca de 40 pedreras (nombre con el que se le conocen a las canteras) en los principales cerros de trabajo, centrándose especialmente en los de Topo Chico y las Mitras, así como los de las sierras del Fraile y de San Miguel. El resultado es un relato visual que permite conocer la relación compleja entre las montañas y la ciudad, denominada como la capital industrial del país. 

El proyecto fue recientemente presentado en la galería Patricia Conde. Bajo la curaduría de Ariadna Ramonetti, se exploraron tres momentos del proceso de explotación. En primer lugar, las huellas o las cicatrices que dejan a las montañas los agresivos métodos de explotación, como la barrenación con explosivos. Después de sustraer grandes tajos verticales hasta agotar el material, los cerros son abandonados sin ningún intento posterior de reparar el medio, dejando a la vista un paisaje trunco (o como prefieren llamarlo Ramonetti y Ruiz, un “necropaisaje”). 

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